¿Existe una epidemia de miopía en estudiantes de edades tempranas realmente?
Desgraciadamente, sí existe. Es una realidad estadística que se hace presente en nuestras consultas día a día. La frecuencia con que vemos menores de 10 años que debutan con miopía es año tras año mayor.
¿Cuáles pueden ser las causas de este aumento?
La principal causa asociada actualmente a este incremento de miopes en grupos de población de edades cada vez más jóvenes, es nuestro estilo de vida. Es decir, el excesivo tiempo dedicado a tareas que requieren esfuerzos visuales en distancias de cerca e intermedia: uso de dispositivos tales como móviles, tablets, ordenadores portátiles y de sobremesa.
¿Cuáles son los datos de incidencia jóvenes en España?
Desafortunadamente, no hay mucho publicado sobre epidemiología de la miopía que nos permita conocer ni la incidencia, ni la prevalencia en la población española menor de 18 años; si bien en un artículo de investigación de 2019 se situaba la prevalencia de la miopía en una muestra de más de 5000 niños de entre 5 y 7 años, de diferentes comunidades autónomas cerca del 20%. Esta cifra sería homologable a la observada en otros países de Europa occidental.
¿Hay datos o previsiones de una evolución?
Sí, pues sabemos que aproximadamente un tercio de la población mundial era miope en 2020, y la previsión, de seguir la progresión demostrada hasta ahora, es que los miopes serán algo más de la mitad de la población del mundo en 2050.
¿Qué medidas de prevención se pueden realizar?
La prevención es efectivamente la base de la medicina, y en el caso de la miopía disponemos de varias estrategias para al menos evitar o enlentecer la progresión de la miopía una vez instaurada. Las medidas para el control de la miopía se agrupan en 3 categorías según sus características:
- Control óptico: adecuada corrección.
- Influencia en el estilo de vida: limitación del tiempo dedicado a tareas de cerca y aumento de las actividades al aire libre.
- Control farmacológico y terapéutico: en los casos que se detecte un alto riesgo de progresión miópica. En este apartado incluimos los tratamientos preventivos con colirio de atropina diluida durante al menos un año.
¿Cómo debería ser el cuidado de la vista?
El cuidado de la salud visual en los primeros años de vida es una tarea compartida por pediatras y oftalmólogos. En un niño sano, con un desarrollo psicomotor normal, se aconseja la primera revisión por un especialista en oftalmología entre los 3 y 4 años.
¿Cada cuánto habría que realizar revisiones con el oftalmólogo? ¿Cómo puede esto ayudar a una mejor prevención?
A partir de la primera visita a la edad de 3 años, sin tener en cuenta otros aspectos que pueden influir en el desarrollo futuro de defectos refractivos como los antecedentes familiares, lo recomendable sería una revisión cada 2 años hasta que alcance la edad adulta. Esto aseguraría una precoz detección de la miopía, una adecuada corrección de la misma y, por supuesto, un seguimiento y control de dicho defecto refractivo. Si hubiera antecedentes familiares, una revisión anual sería lo más adecuado.
¿Qué límites se deberían poner al uso de dispositivos y pantallas?
El límite principal debería ser el tiempo dedicado a su uso: evitar el trabajo continuado y exclusivamente en cerca.
¿Habría que cambiar los hábitos de los estudiantes?
Efectivamente, cuando hablamos del control de la miopía influyendo en los hábitos de vida, nos referimos precisamente a medidas como las siguientes:
- Limitación de la intensidad y extensión del trabajo en cerca, interrumpiéndolo con pausas de al menos unos 10 minutos cada hora y media o 2 horas, en los que se ponga la atención en mirar hacia el infinito. Mirar a través de una ventana, sería un ejemplo. Medida muy importante para prevenir la progresión de la miopía.
- Fomento de al menos 2 horas al día de actividad al aire libre. Medida muy importante para prevenir la instauración de la miopía.
La miopía tiene una base genética pero, con la aparición de los dispositivos de nuevas tecnologías, ¿Se ha visto agravado?
La miopía es consecuencia de una variable combinación de factores no modificables, como la herencia genética, con otros modificables que son nuestros hábitos de vida y la adecuada corrección de la misma. Se estima que la base genética define nuestra susceptibilidad a desarrollar la miopía y el resto son los factores ambientales que influyen en dicha predisposición.